Otura Mun, líder de IFÉ: “LA ELECTRÓNICA ME DA EL PODER”

Otura Mun, líder y fundador de la banda puertorriqueña IFÉ, habló en exclusiva con “Neotropikal Sounds” (NS) tras su gira europea 2016. Han logrado viajar al viejo mundo con sólo dos temas grabados y han cautivado oídos y almas a base de Rumba cubana fusionada con sonidos electrónicos. El público los ha recibido con baile y buenas críticas, desvelando el deseo de escuchar nuevos lenguajes en la música tropical.

Otura Mun (O.M.) conversa amenamente a las puertas de la Sala Caracol en Madrid. Él y el resto de integrantes de IFÉ esperan el llamado para montar los instrumentos y el setup. Es saludado por diversas personas. Parece cercano, relajado, amigable. Un halo espiritual lo rodea. Vestido de blanco, con una larga y ajustada camisa cerrada hasta el cuello y un gorro «Taqiyah» africano muy común en los practicantes de la religión Yoruba.  Afroamericano nacido en Indiana, EE. UU., y residente en Puerto Rico “por pura casualidad”, se ha dedicado a cultivar la Rumba cubana como vehículo para volar, improvisar y divertirse. Creando de paso un nuevo lenguaje sonoro y una estética contemporánea donde la electrónica juega un rol esencial.

Comenzaron su gira el 17 de septiembre en París, compartiendo escenario con Omar Souleyman, músico Sirio que fusiona sonidos árabes y electrónicos. Siguieron con Londres, Madrid y Barcelona. Y la recepción de la gente los dejó atónitos. «Nuestra música ha tenido una tremenda reacción mundial», asegura Otura. Sus compañeros de banda creen que él es un genio. Esta es su lectura del creciente y fulminante fenómeno «IFÉ».

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Sala Caracol, Madrid.

«¡Soy músico y me quiero divertir!»

NS: Vives en Puerto Rico pero ¿cuál es tu origen?

O.M.: No soy boricua, llegué a Puerto Rico por pura casualidad. Nací en indiana, soy afroamericano. Por eso me atrae mucho la religión Yoruba, por la manera que sobrevivió al viaje de la esclavitud, especialmente en Cuba, donde podían preservar los rezos, los ritos y la religión bastante intactos. No como en Estados Unidos, donde la esclavitud fue mucho más brutal, nos sacaron todos los instrumentos, no podíamos tocar, no podíamos hablar idiomas nativos, nada de eso.

NS: ¿Hay algo de desarraigo cultural, de la tierra, de búsqueda de raíces en tu música?

O.M.: Puede ser pero creo que no es algo consciente. Más que todo para mí es tratar de tocar una música en que haya espacio para divertir las almas. Como se dice en la Rumba, una música para volar espiritualmente. Estamos sacando muchas estructuras con Rumba cubana, pero también con Jazz, con BeBop, como tocaba Miles David, Dizzi Gillespie, Art Blakey, que es Jazz simple, un combo simple con pocas personas que pueden jugar, improvisar mucho y divertirse. Querer hacer una música así es que terminé haciendo IFÉ.

NS: ¿Por qué es tan importante para ti la improvisación en IFÉ?

O.M.: Es que yo soy músico y me quiero divertir! Yo me quiero expresar en el momento. Estar rígido tocando una estructura no me da gracia, me aburre, m
i espíritu quiere volar, quiero compartir de una manera más elevada. La Rumba cubana es el vehículo que me gusta para hacerlo porque en ella hay llamada y respuesta, un toque africano donde la improvisación es súper marcada.

«No estoy pensando en regresar a las raíces»

NS: ¿Cuál es el papel de la electrónica en todo este juego de sonidos?

O.M.: Amo los sonidos electrónicos de hoy en día, el poder de esos sonidos, sus colores, cosas que están a nuestro alcance en 2016. Lo que no me gusta tanto son las máquinas que hay que usar para hacerlos y a veces la estructura o las reglas que se tienen que seguir para crear esa música. Muchas veces es programada, está fija, no se puede cambiar, no puede respirar. De ahí que yo quiero usar los sonidos de hoy pero ponerlos a jugar.

NS: ¿Sientes una necesidad espiritual y cultural de volver a lo orgánico?

O.M.: Yo no estoy conscientemente pensando en regresar a las raíces. Estoy libremente tratando de hacer una música contemporánea que me gusta. Para mi las reglas que me van a permitir hacer esa música son antiguas, las conversaciones entre los Batá es riquísima y no hay que buscar en ningún otro sitio. La conversación en la Rumba cubana es riquísima! Me encanta esa música, uso las reglas de esa música para hacer algo contemporáneo que me va a permitir volar. Más nada.

NS: ¿Y has conseguido que la electrónica te dé ese juego, esa libertad?

O.M.: La electrónica me da el poder, el poder sonoro, el lenguaje sonoro que estoy buscando. Ese lenguaje es muy de hoy, los sonidos que estamos usando son sonidos electrónicos de hoy, es una sintaxis que la juventud comprende. Con 41 años, que ya no soy tan joven, quiero hacer una música que la juventud puedan ver dentro de ella. Si pones un grupo de Rumba acústica frente a los jóvenes no habrá conexión. No lo entienden como algo de ellos. Yo quiero tratar de hacer un puente.

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Sala Caracol, Madrid. Foto gentileza Guacamayo Tropical.

 

«En IFÉ hay completa libertad para improvisar»

NS: Nicola Cruz (reconocido productor y músico ecuatoriano) los ha catalogado como “el futuro de la música electrónica”. ¿Cómo interpretas eso?

O.M.: Creo que él se refiere a la manera en que estamos haciendo música. Yo he tenido que inventar para tocar como lo estamos haciendo. Por ejemplo, yo quería tocar con gente que ya supieran de la Rumba cubana o de los toques de los Orishas y de los tambores Batá. Ellos no tuvieron que aprender esa música para tocar electrónica. Los músicos que están tocando conmigo son grandes rumberos, grandes bateleros. Ellos tocan folclor, y yo tenia que hacer un setup para que ellos tocaran y no hubiera que enseñarles nada. Ellos tocan y yo voy cambiando los sonidos y la razón de hacerlos. Para ello tuve que poner los tambores acústicos a sonar electrónicos y ahí tuve que dar taladro, hacer un hueco, meterme en esa realidad, comprar una máquina, hacer las conexiones. Ellos nunca habían visto hacer algo así con tambores de mano. Hice ese invento para acercar lo que yo tenía en mente. Y sirvió! Un setup así es divino. Yo soy percusionista y ahí puedo expresar completamente lo que quiero, en el momento, y compartirlo en tarima. Antes era con un computador programando con esquemas muy encajados, y en este setup encuentro que hay mucho espacio para destruir algo en tarima y ponerlo de nuevo. Quizás a eso es lo que Nicola se refiere.

NS: ¿Destruir para construir?

O.M.: (Risas) Si, sí. Por ejemplo decimos “eso no sirve”, y vamos a otro toque, y con los mismos sonidos reconfiguramos por base de ritmo y se dice otra cosa. Hacemos eso mucho en IFÉ. En la última canción del concierto en Madrid tocamos un ritmo que parece Ñongo (percute con la voz) y después cambiamos a Chachalokafun (vuelve a percutir con la voz). Son los mismos sonidos, pero es por el ritmo y la intención que se cambió el groove completamente.

NS: Y en tarima, ¿todo eso se improvisa?

O.M.: Ya tenemos «mangao» todo, pero desde esa base improvisamos. Yo digo “Ra!” y los demás dicen “Ok!”, y ahí vamos. Hay completa libertad. Si uno decide hacer algo lo seguimos, no hay tanta barrera.

NS: ¿Cómo con sólo dos temas grabados son capaces de empezar a girar por el mundo y darse a conocer?

O.M.: Eso es un tremendo trabajo en equipo. Nuestro mánager Laurène me contactó después de ver el primer vídeo. Llevamos un tiempo trabajando con él, casi desde finales de diciembre. Tenemos representación en Europa, en los Estados Unidos, es un equipo que está logrando mucho. También mucho trabajo en equipo para hacer los vídeos en Puerto Rico y para hacer las canciones. Mucho esfuerzo, mucho ensayo.

«En mi casa duermo en el piso»

NS: ¿Tienes una dedicación “24/7” a IFÉ?

O.M.: Yo no hago más nada en la vida mía, esto es lo más importante de todo. Después de sacar las primeras dos canciones fui viajando por los Estados Unidos, regresé para grabar el disco, me mudé a Santurce, monté el estudio en dos semanas y no salgo de ahí.

NS: Según cuentan es un hogar muy particular…

O.M.: En esa casa no hay ningún mueble, yo duermo en el piso. En un cuarto estoy con los Orishas donde hago el trabajo espiritual y en el otro cuarto están los instrumentos. Es la vida mía, no muchas vacaciones, mucho trabajo y mucho trabajo en equipo.

NS: ¿Cuándo supiste que el proyecto cuajaba?

O.M.: Cuando conecté todo y empecé a tocar los sonidos. Ahí dije “esto sirve y va a estar bueno”. Entonces empecé a llamar a cada miembro del grupo. Sabía de “cantazo” que yo tenía algo. Yo no me creo un genio, pero creo que la manera en que puse la música fue para resolver un problema y los resolví de una manera original. Habrá otros músicos que resolverán el mismo problema a su manera. Yo encontré la forma de acercarlo a lo mío y proyectarlo al mundo.

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Sala Caracol, Madrid. Foto gentileza Guacamayo Tropical.

Música, espiritualidad y Santería

NS: ¿Cuál es la importancia de la Santería en todo esto?

O.M.: Yo no digo Santería, sino que religión Yoruba o Regla de Oshá o Ifá. Más o menos a la misma vez que empecé a estudiar la Rumba cubana comencé a consultar con un Babalao (sacerdote Yoruba) que vino siendo mi padrino en Ifá. Yo quería tocar la Rumba, que es una música muy complicada, y experimentar con ella, pero sentía que no podía hacerlo y no podía tocarlo con profundidad si no conocía sus reglas. Pero también sentía que había algo en este mundo a lo que no estaba accediendo que es la parte espiritual, el mundo invisible. Hay muchas maneras de hacerlo, el cristianismo por ejemplo, pero para mí, aunque crecí con padres cristianos yendo a la iglesia todos los domingos, lo veo como una herramienta de colonialismo, de destrucción, entonces no puedo irme para allá aunque vea cosas buenas dentro. Entonces encontré la religión Yoruba y vi que esa práctica tenía que ver con la historia mía. Y poco a poco la fui aprendiendo hasta el punto que cogí la primera iniciación. Fueron esas dos cosas pasando a la vez, intentando crecer tanto musical como espiritualmente.

NS: ¿Te hiciste sacerdote Yoruba?

O.M.: Cogí una iniciación medio-alto en la religión Abofaká, y me dijeron claramente que yo tenía que coronar en santo, que era hacerme santero, mi madre era Oshún y ella quería coronación. Hice esa iniciación en 2015 en Cuba, y desde que ahí fue un renacer. Mi propósito en el mundo cambió completamente. Yo soy Babalao y veo todo lo que hago desde ese punto de vista, de ahí el cambio de nombre a Otura Mun, el nombre mío en Ifá. Estoy en un proceso de reentender el mundo. Y la música tiene que reflejar ese cambio, porque es un cambio completo en mí.

«La «clave» es algo que une al Caribe»

NS: Además de la Rumba, ¿qué otras influencias afloran en IFÉ?

O.M.: Mi otra influencia súper grande y que se nota en el proyecto es el Dancehall jamaiquino. Otra música del Caribe pero contemporánea. También dentro del Dancehall hay clave, ellos no la piensan como clave pero existe. Una de las grandes canciones del año pasado era de Vybs Kartel, Miami Vice, y los teclados hacen “tan tan tan, tan tan… tan tan tan, tan tan” eso es clave de Son!! De seguro los productores no lo están pensando como clave, pero la clave es algo que une al caribe. Ponemos esos elementos juntos, uso los sonidos de Dancehall pero con la regla cubana.

NS: ¿Se puede identificar la música o el estilo de IFÉ con las nuevas corrientes sonoras de Sudamérica y el Caribe que fusionan folclore con sonidos contemporáneos como ocurre con Novalima, Nicola Cruz o Systema Solar, por mencionar algunos?

O.M.: Las corrientes que están pasando alrededor del mundo no las sé porque la única música que escucho es la cubana, la música de Orishas, Dancehall jamaiquino y jazz. Ahora estoy descubriendo lo que es Nicola Cruz y todo lo demás, yo no era consciente de esa música, pero ahora sí. Lo dije antes, yo no soy tan brillante, quizás hay un “hard drive” (disco duro) completo, y nosotros estamos teniendo las mismas ideas más o menos y el “hard drive” está ahí, entonces solamente hay que sacar la idea. Yo tenía la idea, Nicola la tenía, otros la tenían, y lo hicieron a su manera. De hecho Nicola acabó de remezclar nuestro tema “A House of Love” y me lo mandó y me encantó, pero jamás en mi vida podría estar haciendo música con Nicola, porque él tiene unas influencias que yo no tengo. Por eso es muy interesante escucharlo interpretar nuestra música a su manera.

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Sala Caracol, Madrid. Foto: Guacamayo Tropical.

«Nuestra música ha tenido una tremenda reacción mundial»

NS: ¿Es muy difícil mover música como la vuestra, orgánica y alejada de los circuitos comerciales?

O.M.: Yo no pretendo llegar a una fama pop. Estoy feliz de estar haciendo algo que me gusta, estoy disfrutando con la gente que estoy tocando y la música que nace se está comunicando con las almas de la gente.

NS: ¿Y cómo han reaccionado esas almas?

O.M.: Nuestra música ha tenido una tremenda reacción mundial. Hay gente escribiéndome desde Venezuela, Colombia, México, Londres, París, de todo el mundo, diciéndome “gracias por esta música” o “yo entiendo lo que tú estas diciendo”. De hecho fuimos a Toronto hace un mes y medio a tocar en una fiesta que se llama «Caribana», había gente de Bermudas, Jamaica, Cuba, también estaba el rapero Drake ese fin de semana, entonces vino mucho afroamericano desde Nueva York para verlo. Había un público súper mixto y yo escuché gente afroamericana de Atlanta decir “thank you for singing to the Orishas”, o gente de Jamaica decir “I feel what you doing!”. Eso es increíble! Todos los shows han sido buenos, tanto que ya tenemos fecha para regresar en marzo de 2017.

NS: ¿Cómo financian el proyecto y la gira?

O.M.: Hice un crowdfunding el año pasado. En Puerto Rico no es muy caro vivir, tampoco soy un gran consumidor. Solo compré el material, trabajo con un manager que me está ayudando a crecer con el proyecto y estamos siendo muy selectivos dónde tocamos y cómo lo hacemos. Y ya! No es fácil pero va.

NS: Qué tal la experiencia en Europa?

O.M.: Súper! Para ser la primera vez increíble! Era un sueño venir para acá. Yo era bien cabeza dura y me dije “no, yo no quiero comprar pasajes, si voy a Europa es porque voy a estar tocando”. Y este año salió. París lindo! Entiendo porque la gente se enamora en esa ciudad. Barcelona increíble. Años que quería ver eso. Londres es una gran influencia musical para mí. Amo el «UK Garage». El Soul de Londres es algo nítido. A ellos les encanta también el Reggae y el DanceHall. De Madrid tenía mucha curiosidad. Cuando nos dijeron si veníamos dije “vamos allá! Yo quiero ver qué es eso”. Un sueño.

Official Video «House of Love»

IFÉ – House of Love

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